Central jugaba un partido “chivo” de local ante Racing Club en uno de los últimos cotejos del canalla en el Gigante, con las preocupaciones lógicas en el estadio (quedo inhabilitada la tribuna donde se ubica habitualmente la barra brava) tras la muerte de Pillin Bracamonte. Después de la buena victoria ante Central Córdoba en Santiago de Estero los dirigidos por Ariel Holan pretendían seguir con el envión que generó el ex entrenador de Independiente desde su llegada al club. Del dicho al hecho, en el futbol casi siempre las realidades quedan en deuda con las expectativas.
El primer tiempo fue de trámite por demás parejo y el juego se desarrolló lejos de los dominios de Broun y Arias. Ninguno de los dos equipos pudo imponerse sobre el otro porque Central es un equipo que atraviesa la transición hacia una nueva idea de juego, y Racing que viene de salir campeón de la Sudamericana, que viene dulce y hasta se dio el gusto de dejar afuera del equipo a Juanfer Quintero y Salas.
Central se mostraba bien parado de mitad de la cancha hacia su arco e intentó llevar juego por los costados a través de Lovera, Gómez y el aporte de los laterales. Por su parte la Academia de Avellaneda se mostraba firme en el fondo con los tres zagueros y dejaba librado su juego en ataque a aprovechar un error del rival o a un acierto de Maravilla Martínez o Vietto en las esporádicas aproximaciones sobre el arco de Jorge Broun.
La más clara de toda la primera parte fue para el canalla cuando Sández se encontró con la pelota en el área contraria pero su remate pegó en el palo izquierdo de Arias y otra oportunidad en donde Copetti cabeceó muy arriba del travesaño desde inmejorable posición. Y en una de las últimas jugadas de la etapa, Rubén encontró el gol, pero VAR anuló la conquista por off side de Copetti en la jugada previa. El empate con el cual se fueron al vestuario castigaba la falta de audacia de ambos equipos al cabo del primer tiempo.
El complemento fue muy contradictorio para Central, desde lo futbolístico y actitudinal de sus jugadores, el canalla dejó en el campo de juego en toda esta segunda etapa la peor versión de este breve ciclo de Holan, un equipo inconexo, sin orden, con llamativos errores individuales y extrañó a horrores a Malcorra y Campaz, porque en ofensiva mostró una tibieza muy preocupante y una falta de creatividad alarmante.
Los goles de Racing, Vietto y Martínez fueron solo una consecuencia de ese mal andar del equipo y de errores graves y conceptuales como el de Sández en el primer tanto y mucho más grosero el del golero Broun que quiso habilitar a un compañero, pero su pase quedó muy corto y le facilitó todo al goleador de Racing para convertir. Central, bien gracias, sin rebeldía sin juego asociado y con una llamativa propensión a las equivocaciones, el local pago demasiado caro sus errores y no supo nunca imponerle condiciones al rival.
Central consumó una nueva derrota de local, en un año que será recordado por el mal andar del equipo en los torneos que participó. Tendrá duro trabajo Ariel Holan para revertir una situación que pinta muy compleja porque muy pocos jugadores se han hecho merecedores de ser tenidos en cuenta para el nuevo proyecto. Barajar y dar de nuevo, aunque la frase sea muy trillada, la historia inmediata del auriazul transitara por ese camino, la receta para salir de este embrollo futbolístico la deberá encontrar el entrenador con mucho trabajo e inteligencia, sobretodo si el principal objetivo debe ser: devolverle al canalla el protagonismo perdido.