Newell’s arranca el torneo en medio de la lógica euforia que envuelve a los hinchas en cada inicio, con la llegada de Keylor Navas como motivo extra de sana expectativa, para poder así mejorar lo hecho en los últimos torneos donde el equipo no dio la talla y sumió en un estado de desencanto a su parcialidad. Independiente Rivadavia en lo previo era una apetecible oportunidad para empezar a construir un mejor camino. Soso trabajo a destajo en la pretemporada con un solo objetivo claro, sacar a la lepra de su mal momento y devolverlo al protagonismo.
El arranque de partido mostró a la lepra tratando de ocupar mejor los espacios con la idea clara de que la pelota debía pasar siempre por los pies de Ever Banega, primer eslabón de la construcción de juego del rojinegro. A los 5’ Cardozo probó fortuna desde lejos y su remate se fue cerca del arco mendocino. Reggiardo era eje del mediocampo con ubicuidad y buen primer pase. Sobre los 15´ se involucró Maroni en una jugada combinada en ofensiva y su disparo se fue muy cerca de la portería de Centurión.
Llegando a los 20’ el partido se emparejó, repartieron aciertos y errores en ambos lados, aunque la visita le disputó de mejor manera la pelota al rojinegro en la zona central del campo. Independiente Rivadavia es un equipo Villadependiente y sus posibilidades en ataque tienen mucho que ver con las buenas prestaciones que entregue con su juego el ex Boca. Newell’s promediando la etapa lucia demasiado apurado y casi nunca pudieron juntarse Banega y Maroni para construir juego asociado en el local.
En el último tramo del primer tiempo la lepra se desdibujó mucho, muy impreciso con la pelota y no encontrando respuestas en ofensivas debido a los pobres desempeños de Panchito González y Silvetti, que nunca le encontró la vuelta a jugar por el centro del ataque. Un error táctico de Soso que solo confundió a los delanteros leprosos. A los 43´ un centro de Luciano Gómez terminó en la cabeza de Mauro Peinipil quién con un frentazo de pique al piso batió totalmente a Reinatti que se quedó demasiado atornillado en su arco. El 1 a 0 devolvió los murmullos preocupados de los últimos torneos a las tribunas colmadas del Marcelo Bielsa. Los planteles se fueron al vestuario y con los locales masticando bronca por una nueva mala performance en el campo de juego.
Para el complemento el entrenador de la lepra mandó la cancha a García y Tirado por Tabares y Cardozo para intentar cambiar la historia del cotejo. Sobre los 3’ se lo perdió solo González que no le pudo entrar bien a la pelota cuando se encontró frente a Centurión y su remate fue bien devuelto por el arquero. El primer tramo de la segunda etapa estuvo signado por un evidente nerviosismo en lo jugadores de Newell’s que entorpecían cualquier levantada. Solo Tirado asumía la responsabilidad de pedir el balón para hacer jugar a sus compañeros.
Cuando el clima en el estadio se sumergía en el fastidio de los hinchas un tiro de esquina ejecutado por Banega, un agarrón en el área de Independiente Rivadavia, penal cobrado por el árbitro Trucco, ejecución de Banega desde los 12 pasos, muy mal pateado por el volante y como lógica consecuencia de eso fue contenido por Centurión. Si antes la cosa se había puesto caldeada después del penal errado la paciencia del hincha leproso se agotó.
El partido se le hizo muy cuesta arriba a la lepra que no encontraba los caminos hacia el arco de Independiente Rivadavia, Newell´s juntó gente en ataque con el ingreso de Chiaverano eso le quitó espacios y el local entró en una confusión que perjudicó sus posibilidades de acercarse con peligro al arco del team de Mendoza. Sobre los 36´en una arremetida el rojinegro lo tuvo dos veces cuando Nazareno Funez y luego Maroni desde inmejorables posiciones no pudieron convertir la igualdad. Cuando la suerte viene esquiva todo se vuelve imposible.
Newell’s retrocedió algunos casilleros si tomamos como referencia el último encuentro contra Talleres porque se pareció mucho a ese equipo apático del torneo anterior. La mano de Mariano Soso aún no evidencia porque el equipo adoleció de los mismos errores y defectos, la luz al final del túnel no parece avizorarse y en épocas de tan poca tolerancia los créditos suelen consumirse rápidamente. Soso lo debe saber muy porque los resultados exigen que su equipo encuentre rápido el camino, por ahora lo único evidente es que en la puesta en escena del primer encuentro hizo todo mal.