Newells debía saldar una deuda repetida con sus hinchas jugando de loca: ganar. La llegada de Mariano Soso insufló un aire de esperanza para un club que atraviesa una crisis futbolística que parece no tener fin. El rival Independiente obligaba en la previa – a tomar muchos recaudos – porque el horno no estaba para bollos, porque la gente está demasiado susceptible por los malos rendimientos del equipo.
Cuando nada pasaba en los primeros escarceos del juego un pase filtrado de Miljevic habilitó a Silvetti dentro del área y Laso se lo llevó por delante al juvenil delantero en un acto de torpeza, VAR mediante, el árbitro Merlos cobro penal para la lepra y el comienzo del partido le daba un mimo al local. La pena máxima la ejecutó Ever Banega al otro palo donde se arrojó Rey para decretar el 1 a 0. A los 5’ Newells vivía su primavera y la duda estaba si podía aprovechar ese envión el resto del encuentro.
Después del gol, el rojinegro paro el ritmo de su dinamica y jugó con una prolija ocupación de los espacios y control de la pelota, que muchas veces fue demasiado cansino. Como Independiente no encontraba los caminos y Toloza no aparecía en el circuito ofensivo del conjunto de Vacarí, el cotejo entró en un badén y ese plano calmo de las acciones, la visita empezó de a poco a manejar mejor la pelota, quizás porque la lepra le cedió el terreno para jugar de contra.
A los 25´, Marcone exigió a Hoyos con un remate que buscaba red, la lepra era un tembladeral en defensa por la mala sincronización entre Velázquez y Salcedo, sumado a las dudas que mostraban los laterales. El Rojo jugando a cuentagotas cada vez que pisaba el área local generaba peligro como cuando Hidalgo recibió solo ante un nuevo descuido defensivo de Newells y otra vez Hoyos evitó el gol, el arquero mantenía una y otra vez la victoria transitoria de la lepra ante una defensa que no daba ningún tipo de garantía.
Poco entregaron los protagonistas en el último tramo de la etapa y se fueron al vestuario siendo un poco más Independiente, solo porque Toloza manejo mejor la pelota para que la visita merodeara seguido el área de Hoyos y eso generó un rumor de preocupación en las tribunas, porque se veía que el equipo no hacía pie en defensa. La lepra se llevó al descanso un premio excesivo por lo poco mostrado en el campo de juego en gran parte de la primera parte.
En el complemento Newells salió a copar el desarrollo con mayor enjundia y entrega y de arranque nomás casi golpea de nuevo cuando Banega hizo un unipersonal a pura gambeta y Rey abortó con una buena respuesta lo que hubiera sido un golazo del 10 leproso.
De inmediato la lepra fue a la carga y a los 3’ Juanchon Garcia empujó la pelota a la red después de un remate de Silvetti y del rebote que entrego Rey. El 2 a 0 era un resultado que le daba a la lepra una distancia para jugar lo que quedaba del cotejo con tranquilidad. Luego el partido transitó un tramite de no agresión, Independiente porque no generaba peligro debido a su propia impotencia de juego y la lepra que hacía uso de la ventaja en la red y obraba en consecuencia.
A los 23’ Matías Giménez sacudió la modorra cuando provoco una descomunal atajada de Hoyos, que terminó con el golero golpeando contra el palo en su afán de evitar que la pelota ingrese en su arco. Al rato salió el arquero lesionado e ingreso Macagno bajo una rechifla generalizada contra su persona. El partido se iba y a los 93’, Merlos dio 10 minutos de descuento, tras un córner desde la derecha descontó Canelo de cabeza y el 2 a 1, llenó de nerviosismo a todo el estadio. El pitazo final fue un enorme desahogo para una hinchada que dio rienda suelta a su alegría, Newells volvió una noche al triunfo y le sirvió para exorcizar todos los demonios que sobrevuelan su mal presente…