Del hospital a la cancha y de regreso. Así se describía la intensa rutina de Candela Gentinetta, jugadora de básquetbol de Obras y campeona sudamericana con la Selección Argentina. En 2023, volvió al país con un objetivo claro: completar su carrera de medicina mientras continuaba su trayectoria deportiva.
Gentinetta estudiaba medicina en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde enfrentaba el desafío de combinar sus “dos carreras de alto rendimiento”. Esto le exigía una organización meticulosa para aprovechar al máximo cada día y cumplir con sus compromisos tanto académicos como deportivos.
“Provengo de una familia vinculada al básquetbol, pero no inicié por ellos. Descubrí el deporte en el colegio y le pedí a mi papá que me inscribiera en un club. Al día siguiente ya estaba jugando. Desde el primer momento fui inmensamente feliz. Así empezó todo, cuando tenía 11 años”, relató la joven santafesina de 23 años.

En cuanto a su pasión por la medicina, explicó: “Mi mamá es médica, y desde chica me encantaba la idea. Siempre decía que iba a ser doctora cuando creciera. Jugaba con mi hermana simulando consultas, y esa vocación nació naturalmente. Lo tuve claro desde pequeña”.
Aunque evaluó elegir una carrera menos exigente, su determinación por ser médica prevaleció. “Lo pensé, pero fue una idea fugaz. No iba a dedicar años de mi vida a algo que no me apasionara. Preferí optar por un camino más largo pero satisfactorio. Tal vez tarde ocho, nueve o diez años en graduarme, pero lo haré haciendo lo que amo”, reflexionó.
En 2023, mientras cursaba su quinto año y asistía a clases prácticas en el Hospital Municipal Dr. Bernardo Houssay, en Vicente López, también entrenaba intensamente con Obras. “En épocas de la Selección, mi prioridad era el básquet. En momentos de finales, era el estudio. Pero siempre ajustaba en otros aspectos: sacrificaba horas de sueño o reducía entrenamientos si era necesario. Nunca dejé de priorizar el deporte, que es mi profesión actual”, detalló.
El inicio de su etapa universitaria no fue sencillo. Debió gestionar permisos especiales con profesores y autoridades de la UBA para justificar sus ausencias por giras y competencias. “La UBA es enorme, y medicina aún más. Ingresé en un año con 20.000 estudiantes y yo era solo una más. Tuve que mover cielo y tierra para que se reconociera mi situación como deportista de alto rendimiento”, explicó.
Con experiencia internacional en equipos como Benfica (Portugal) y Aguada (Uruguay), Gentinetta regresó a Argentina con la meta de terminar su carrera académica sin dejar de lado el básquetbol. A pesar de sus compromisos locales, no descartaba volver a jugar en el extranjero. “Tengo planeado graduarme en 2026 o 2027 y luego retomar mi carrera deportiva fuera del país”, afirmó con convicción.

Candela encontró en Obras un entorno comprensivo y favorable para balancear ambas pasiones. “El club apoya a los deportistas que estudian. Me contemplan mucho, pero yo soy exigente conmigo misma y trato de estar en todo. Si es necesario dormir tres horas, lo hago. Siempre priorizo cumplir con mis responsabilidades”, aseguró.
Reconocida por el Comité Olímpico Argentino (COA) y galardonada con el premio Jorge Newbery como Mejor Jugadora de Básquet en el ámbito metropolitano, Candela Gentinetta demostró que, con esfuerzo y dedicación, es posible destacar tanto en las canchas como en el ámbito académico.