La embestida de Javier Milei contra el presidente de la AFA en las jornadas previas a la asamblea no alcanzó para mellar el poder del “Chiqui” Tapia y hacer torcer el destino de la votación. Buen heredero de Don Julio Grondona y hasta casi convertido, en un “perfecto copyright” del ex ferretero, se sustenta esta apreciación por su hábil muñeca para manejar todos los conflictos que se presentan durante la gestión, como también, para imponer su autoridad por encima de cualquier cuestionamiento que suela aparecer contra su persona.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) aprobó por unanimidad la reelección de Claudio Tapia para conducir los destinos en el período 2024 – 2029 del máximo organismo del fútbol en el país y de paso se aprovechó la movida para decretar la anulación de los descensos de la Liga Profesional de Fútbol y así tener nuevamente un torneo de 30 equipos para 2025. Tapia hace y deshace a su antojo y salvo el puntual caso de Andrés Fassi presidente de Talleres, nadie se atreve a desafiarlo.
Tapia armó un dream team para su lista única y las expectativas que generó la misma en los albores del encuentro lectivo se vio superada por la total aceptación de su armado, en donde compartirá escenario junto a nombres fuertes como el de Juan Román Riquelme en uno de los cargos de vicepresidente y Pablo Toviggino, mano derecha del actual presidente, como Tesorero, y el presidente de Racing Club, Víctor Blanco como Secretario General.
De los 46 dirigentes citados en el Predio Lionel Messi, 45 aprobaron a mano alzada el debate de los puntos propuestos en la orden día, a pesar de la presencia de los miembros de la Inspección General de Justicia y la recurrente negativa de Talleres de Córdoba, un club enfrentado de manera irreconciliable con el actual presidente de la AFA. No son pocos en el mundo del fútbol argentino que aseguran que Andrés Fassi tiene una recurrente aspiración de poder quedarse con el sillón mas deseado de la máxima institución rectora del balompié en esta parte del mundo.
Claudio Tapia es un hábil titiritero que hizo propias todas las mejores mañas de Julio Grondona y hasta reinventó su sed de poder, moviéndose con astucia por los laberínticos caminos que propone el pasional fútbol argentino: “Celebramos cada vez que tenemos la posibilidad de elegir democráticamente a los dirigentes que van a representar al fútbol argentino, refundamos el fútbol argentino”, expresó el dirigente con un absoluto convencimiento, aunque lo de democrático, este atravesado por un campo minado de sospechas y de actos claroscuros.
La revisión del presupuesto y el estado financiero de la AFA entregó un superávit superior al de 2023 y las revisiones de las auditorías fueron todas positivas y sin irregularidades para esta gestión. Este punto también fue aprobado por casi la totalidad de los asistentes, excepto el representante de Talleres, obviamente, como no podía ser de otra manera, presentó un informe propio, principalmente para “no cesar en su empeño” de llevarle la contra en todo.
Los logros obtenidos por la Selección Nacional en los últimos tiempos no hacen más que respaldar la gestión de Claudio Tapia, y como el fútbol se rige a partir de los éxitos que se consigan, no había ninguna chance de poder socavar la autoridad del actual presidente de la AFA. Mientras desde el gobierno nacional insisten con renuencia para que los clubes se conviertan en sociedades anónimas, la presencia de Tapia es una enorme piedra en el zapato que atenta contra los intereses del presidente, Javier Milei. “Hay Tapia para rato”, deslizó un dirigente de un club afín al titular del organismo luego del conclave lectivo. “Todo pasa, pero el Chiqui queda”, como con Don Julio más de uno ya estará pensando en grabarle, su propio anillo…